A lo largo de la historia las mujeres hemos usado nuestra inventiva para encontrar maneras para la protección en el siclo menstrual, desde los métodos mas primitivas de protección que incluyen compresas, almohadillas tejidas, delantales menstruales, pasando por tiras dobladas de ropa vieja o meros trapos para retener la sangre. En el Imperio romano se usó la lana, en el Japón papel y en África se utilizaron rollos de hierba.
En 1895 bajo la marca "Curads and Hartmann's" nacieron las primeras desechables, pero a causa a los tabú de la época, casi nadie se enteró de la comercialización de invento por lo cual fracasaron comercialmente., las enfermeras empezaron a fabricar sus propias toallas higiénicas desechables, con gasas, estopilla y algodón quirúrgico.En el siglo XIX, la mayoría de las mujeres estadounidenses usaban una "bolsa de trapo", rellenas con copos de algodón y otros tejidos, una vez se empapaba se cambiaba por otra y esa se lavaba, lo incómodo llegaba en el momento de viajar, ya que tenía dos opciones o llevarlo consigo hasta volver a casa o quemarlos.
El concepto de desechar luego de usar se inició, durante la 2a guerra mundial, de mano de quienes de manera directa sabían el valor de acepcia en lo cotidiano de su labor, fue así como unas enfermeras confeccionaban vendas de pulpa de madera para atrapar el fluido, creando así una compresa hecha de material fácil de obtener y bastante económico para poder desecharlo después de su uso.
A medida que pasó el tiempo se fueron perfeccionando las reutilizables, haciéndose más anatómica y apareció el concepto de las alas que se abrochaban por delante de la ropa interior permitiendo así mayor fijación. Éstas confeccionadas en franela de algodón, que resultó ser altamente absorbente y no tan voluminosa como la elaborada de algodón, aún es usada y defendida por feministas y ambientalistas.
Luego varias empresas empezaron a fabricar toallas femeninas y anunciarlas en revistas femeninas. Eran súper incómodas y solían fijarlas con alfileres o con ganchos nodriza a su ropa interior. Otra opción no menos incómoda fue el "cinturón sanitario", algo así como un liguero que se ponía alrededor de la cintura, del que se desprendía una correa que pasaba por encima del pubis y otra por detrás que terminaba en la entrepierna.
En Uganda, el departamento de tecnologías de la Universidad de Makerere ha desarrollado un tipo de toalla sanitaria confeccionada con papiro siendo un 75% más económica y cuyo uso se ha extendido en las comunidades de bajos recursos.
En los años 70 y 80 se avanzó en dos sentidos realmente importantes para la protección femenina, por un lado, se inventaron las toallas higiénicas autoadhesivas y por el otro se permitió la publicidad de tampones y toallas femeninas en la televisión.
Hoy en día lo último en tecnología trae componentes que brinda beneficios adicionales, mejora el metabolismo, alivia la fatiga, reduce el estrés, erradica el mal olor, alivia la inflamación, elimina las bacterias, fortalece el sistema inmunológico y equilibra el balance hormonal.
Para hablarnos de este nuevo producto para la higiene saludable de la mujer Úrbita News se puso en contacto con Juan Manuel Caicedo, representante de una firma que ha traído a Colombia un nuevo producto que ha sido desarrollado por científicos pensando no sólo en la higiene sino en la salud intima de las mujeres.
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